Blanck&White nació como un usuario de Twitter (sí, cuando aún el logotipo era un lindo pajarito) para una asignatura de la universidad allá por el 2011. Un nombre que se me ocurrió casi por casualidad y que me ha ido acompañando estos años en mi portfolio. Hoy, más de 10 años después, puedo decir que sigue vivo, ¡y más vivo que nunca!
Pero, lo que hay detrás de ese nombre ha cambiado y os quiero contar por qué y, sobre todo, cómo se refleja ese cambio visualmente 😊
Mi primer logotipo creado por Jessica Buil y animado por Arantxa Luengo


Por qué
Uff… El mundo (y yo misma) ha dado miles de vueltas desde que creé mi primer portfolio y, aunque tenía y aún guardo mucho cariño a mi primer logotipo, había algo en él que ya no reflejaba la evolución que había tenido desde que acabé la universidad. Por lo que en 2021 decidí actualizarlo y encontrar una manera de hacerlo más moderno sin que perdiera su esencia. Además, ese año fue en el que empecé a trabajar como diseñadora freelance y necesitaba una imagen de marca que se viera más profesional, sin perder ese toque cercano y creativo que me caracteriza.
Quería que fuera un logotipo versátil que funcionara tanto en la web, como a modo de firma en los encargos de ilustración, por lo que creé una suite con distintas adaptaciones las cuales voy usando según diferentes criterios que os cuento por aquí.


Cómo
Sin embargo, en 2023 la actualización de mi logotipo ya no era suficiente… Faltaba algo más, algo que le diera sustento y me permitiera seguir creando una identidad visual y una marca que reflejara mis valores y mi forma de trabajar. Por lo que me puse a reflexionar y a currar en lo que me parece lo más complicado en este mundo: mi propia marca personal siendo diseñadora y suuuuper perfeccionista (mis amigas perfeccionistas empedernidas lo entenderán).
Empecé por crear un par de encuestas anónimas que mandé a amigos, familia, antiguos compañeros de trabajo y clientes para que me dieran su punto de vista sobre qué destacarían de mi personalidad, mi manera de trabajar y qué le dirían a otra persona si me tuvieran que recomendar.


Toda esta información me vino de perlas para tener una perspectiva externa a la visión que yo tengo de mí misma (que, siendo sincera, en un mal día con SPM, pues a lo mejor no es la mejor de las percepciones…).
Poco a poco fui trabajando en mi estrategia de marca: qué clientes quiero atraer, qué creencias me guían a la hora de trabajar, en qué me quiero especializar, qué me diferencia de otras diseñadoras y mis arquetipos de marca, de los cuales os hablaré en otro artículo 😉
Algunas repuestas de la encuesta.
Qué
Para crear mi nueva identidad visual hice una lista con lo que quería mantener de la que ya tenía:
Colores negro y blanco, ¡por supuesto! Pero quería complementarlos con un color que destacara entre ellos sin ser estridente, por lo que empecé a buscar otros colores que representaran mi estilo y me dieran versatilidad.
Tipografía: quería mantener la tipografía alegre y original del logotipo, pero que combinara con una más funcional para los textos, que fuera limpia, moderna, fácil de leer y que encajara bien visualmente con la otra.
Entonces me di cuenta de que no había nada que enlazara mi identidad visual con una parte de mi que considero super importante, y es que no había nada que mostrara que también soy ilustradora, por lo que me puse manos a la obra a crear un tablero de inspiración que reflejara todo lo que quería mantener y lo nuevo que quería incorporar:


Después de muchas pruebas, pruebas y más pruebas de colores, tipografías, gráficos… Encontré una identidad visual con la que me sentía cómoda, yo misma y motivada. Una identidad que me da más seguridad a la hora de mostrar mi trabajo al mundo porque representa mi personalidad alegre, creativa, carismática y entusiasta 😄 Pero os voy a contar un poco más en detalle:


Sí, así se ven los archivos de trabajo de una diseñadora. Pero no os asustéis, luego queda todo muy ordenadito.
El logo
El nuevo logo funcionaba bastante bien. Era adaptable y legible en distintos tamaños y mantenía el et (&) original, por lo que aún estaba enlazado a los orígenes de Blanck&White. Sin embargo, aunque me servía como firma en los encargos de ilustración, le faltaba algo que terminara de anclarlo y darle “estatus” sin ser pretencioso. Muchas veces trabajando como freelance me he sentido como el último eslabón de la cadena o del proceso y me parecía importante añadir algo que afianzara un poco más mi experiencia y me presentara no tanto como una persona a la que contratas por un tiempo determinado, sino como alguien con quien colaboras para sacar un proyecto importante adelante. Así que, después de darle muchas vueltas, decidí añadir “design studio” a modo de tagline.


La tipografía
Quien se dedica al diseño gráfico sabe la de hooooooooras que se pueden ir en buscar y buscar hasta dar con la tipografía perfecta. Aquella que es legible, funcional y que además transmite lo que quieres. Y eso me pasó a mí, pero después de dar mil vueltas por distintos bancos y fundiciones tipográficas sin mucho éxito, encontré el cartel que hice para la Fast Expo que presenté allá por enero de 2018 ¡y en él había un “prototipo” de mi logo! Y mi intuición me dijo que la New Beginnings era la tipografía indicada, ya había conectado con ella de alguna manera por aquel entonces, así que confié en mi intuición ¡y no puedo estar más contenta!


Cartel que usé para promocionar mi Fast Expo en la Sala Siroco de Madrid en 2018
Con la tipografía principal y el logotipo listos, solo me quedaba actualizar la tipografía secundaria. Una que fuese menos elaborada que la New Beginnings para que sea más legible y no canse la vista leyendo textos más largos. Además, quería que fuese de la librería de Google Fonts para asegurarme de que la podría usar en la web y otras plataformas digitales sin problemas. Después de reducirlas a cuatro opciones, elegí la tipografía Karla.


Pruebas que hice con distintas tipografías para ver si funcionaban bien con la tipografía principal
La paleta de color
Venía de usar una paleta básica de negro y blanco junto con algún tono pastel, pero esta nueva marca me pedía algo más de brillo y de magia, por lo que me decidí por una paleta más saturada y con más opciones para representar esa parte creativa y llena de posibilidades que me caracteriza.


Los gráficos
Siempre he sido de las que dibujaban estrellitas y caras en los márgenes de los cuadernos, por detrás de los recibos o en cualquier superficie que lo permitiera.
Los garabatos representan esa parte de mí que se siente mejor cuando coge un lápiz o un bolígrafo y se pone a dibujar. Además, las estrellas es mi manera de representar esa “magia” que mis clientes mencionan que hago cuando diseño y le doy vida a todas las ideas que tienen en su mente ✨


Algunos de los garabatos que utilizo en mi identidad visual.
¿Y ahora qué?
Esta nueva marca es el reflejo de mi evolución como diseñadora y creativa, y no podría estar más emocionada por todo lo que se viene 🤩. Espero que esta identidad atraiga nuevos clientes y proyectos que me permitan contar su historia y desarrollar mi parte más creativa y artística.
Si has llegado leyendo hasta aquí, ¡wohoo, gracias! Y si te ha gustado el artículo y lo quieres compartir, ¡no lo dudes!